A cuarenta y cinco años de ocurridos los hechos, un tribunal chileno ordena al Estado indemnizar a Francisco Javier Ganga, una de las víctimas de la terrorífica noche del 18 y madrugada del 19 de noviembre de 1975 en Villa Grimaldi. 

Luis Ganga

En aquella ocasión la señora Ester Torres y sus hijos Francisco Javier, Renato  y Luis Ganga Torres fueron brutalmente torturados y Luis asesinado. Su cuerpo apareció en un sector despoblado de Rinconada de Maipú junto a los restos de otras cinco personas, cuatro de ellas integrantes de la familia Gallardo Moreno, todas muertas al interior de Villa Grimaldi. La Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), trató de encubrir estos crímenes y con la ayuda de la prensa inventó un falso enfrentamiento entre las víctimas y “fuerzas de seguridad» versión que rápidamente cayó en el descrédito.

La jueza Soledad Araneda Undurraga, titular del Tercer Juzgado Civil de Santiago de Chile emitió un fallo en el cual condena al Estado a indemnizar a Francisco Javier Ganga Torres, víctima de detención ilegal, reclusión en un recinto clandestino y  torturas a manos de agentes del Estado. 

En el fallo la magistrado señala: “Es un hecho de la causa que el demandante fue detenido y trasladado, junto a su madre y dos de sus hermanos, a un centro de reclusión, permaneciendo por dos días, siendo torturado y sometido a apremios ilegítimos, tales como golpes de pies y manos, aplicación de corriente eléctrica y aceite caliente, con el objeto de obtener información sobre el paradero su hermano Luis Ganga Torres, quien finalmente fue detenido y asesinado”.

La dictadura de Pinochet utilizó la tortura de manera sistemática, tanto para desbaratar organizaciones de opositores como para infundir terror a la población e impedir que se movilizara por sus derechos. El caso de las familias Gangas Torres y los Gallardo Moreno figura entre de los episodios más crueles de esta práctica.