La hija del ex revolucionario argentino Ernesto Che Guevara visitó el Parque por la Paz. Dijo haber tenido un sentimiento muy especial al escuchar de una sobreviviente que “tu papá siempre estuvo presente con nosotros en todos los momentos y él nos dio la fuerza, nos dio la luz, la resistencia”.

Texto: Carlos Antonio Vergara, reportaje fotográfico Luis Fernando Arellano.

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Aleida Guevara junto a la sobreviviente María Margot Fuentes (al centro), el vicepresidente de la Corporación Cristián Castillo y Nubia Becker

Aleida Guevara March fue acompañada de dos sobrevivientes: Nubia Becker y María Margot Fuentes, oportunidad en que sostuvo un intenso diálogo con ellas y posteriormente con el Vicepresidente de Villa Grimaldi, Cristián Castillo y los trabajadores del sitio memoria.

Guevara se encuentra en Chile para presentar el libro “Evocación de mi vida al lado del Che, escrito por su madre Aleida March, a quien conoció durante la guerrilla contra Fulgencio Batista y la obra de su padre que distribuye la editorial Ocean Sur.

Durante el recorrido Becker le explicó el funcionamiento del ex Cuartel Terranova de la ex Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), el paso por las celdas llamadas “Casas Corvi”, el hacinamiento en su interior, en las cuales no todas podían estar ni siquiera sentadas.

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También le relató la situación vivida en las celdas llamadas “Casas Chile”, cuyo sector para las mujeres estaba al lado de la sala de torturas, lo que les permitía ver en ausencia de los guardias quienes pasaban por allí. “En ese sentido las mujeres fuimos un reservorio de memoria”, le dijo Becker a Guevara en el lugar. “¿Qué información buscaban? –Preguntó Aleida-, información para destruir a los partidos políticos, replicó Nubia. Aquí nadie estaba a salvo, ni el dirigente máximo ni sus ayudistas. Asimismo, le expresó que las desapariciones forzadas de personas desde este lugar no tienen una respuesta lógica y, la represión en general se explica por el ánimo de la dictadura de desmovilizar al país.

El recorrido incluyó, el Muro de los Nombres, el Memorial de las Rosas, La Torre, lugar en que se produjo un intenso intercambio de vivencias y experiencias, y el cubo que guarda los rieles con los cuales se lanzaban los detenidos desaparecidos al Océano Pacífico.

Fortaleza y dignidad de las sobrevivientes

“La impresión del lugar cuando tu entras es de tranquilidad, de un lugar quizás para pensar, para meditar. Tuve el privilegio de estar acompañada por dos sobrevivientes de este lugar, entonces el corazón se te oprime. Son mujeres, dos mujeres, sencillas, simples, de pueblo que vivieron este horror y ellas contaron lo que vivieron con una fortaleza, una dignidad extraordinaria y eso  te hace que sientas primero dolor, dolor por ellas, por todas las mujeres que no conocemos y que vivieron esto y también los hombres”, expresó en una conversación con la prensa.

“Pero después también te da una fuerza extraordinaria, pues tú dices ellas han resistido esto para poder ser las garantes de que no vuelva a suceder. La fuerza viva de un pueblo para que no permita nunca algo como esto de nuevo”, puntualizó.

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“Algunas de estas compañeras, una de ellas -agregó-, sobre todo que era del MIR, ella dice, tu papá siempre estuvo presente con nosotros en todos los momentos y él nos dio la fuerza, nos dio la luz, la resistencia. Y eso cuando te lo dicen a ti que eres la hija de ese hombre, te hace tener un sentimiento muy especial, gracias a mi padre por dar esa fuerza, por impulsar a hombres y mujeres a ser algo lindo por su pueblo, eso es muy importante”.

“Yo estoy muy agradecida porque hayan compartido conmigo sus experiencias, porque sigan resistiendo, porque sean capaces de poder contar estas cosas y saber que la vida también tiene cosas hermosas, no flaquear, al contrario, ser cada día más fuertes y ser quizás ejemplo para las nuevas generaciones chilenas, esos hombres y mujeres vale la pena tenerlos en cuenta”, señaló.

Que Chile vuelva con esa fuerza, con esa vitalidad

Respecto a su visión de Chile manifestó que “Chile para mi tiene historias muy hermosas, porque yo a los 11 años estaba enamorada de Víctor Jara, el amor más lindo de mi niñez, porque esa voz se te entra cuando él canta todo tiene un sentido especial, después está Violeta Parra que para mi también desde niña marcó la diferencia con su música, con “Gracias a la Vida”, con todas esas canciones que hablan de la cultura de un pueblo. Entonces Chile entró a mi vida a través de estas dos personas, sobre todo y también Salvador Allende por su puesto, pero  en definitiva creo que con el tiempo, un poco se ha ido como acallando Chile. Todavía hay música, todavía hay fuerza, pero no sé, me parece como más tranquilo, más distante. Me gusta más esa época que vibra, que hace vibrar los corazones de la gente que no vive en estas tierras y, espero que otro día vuelva así, a sentirse Chile, con esa fuerza, con esa vitalidad”.

Por su parte, Nubia Becker, quien estuvo a principios de 1975, alrededor de un mes relató que durante su estada vio a personas que hoy son detenidos desaparecidos, “soy testigo de eso, he ido a declarar a todos los tribunales, sobre la suerte de ellos y hacemos esta actividad de visitas guiadas, en la medida que podemos como una forma de recuperar la memoria de aquellos años para que nunca más se vuelva a repetir, lo que aquí pasó y sobre todo para que en este país haya de una vez por todas justicia frente a esos crímenes que aquí se cometieron y que diezmaron a una enorme población de gente, especialmente a jóvenes promesas para un Chile más democrático y más progresista”.

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“Hacemos esto en la perspectiva de ayudar a que en este mundo hechos como los que aquí sucedieron sean repudiados en forma universal y que aquellos que participaron ya sea activa o pasivamente, permitiendo que eso pasara, de alguna manera puedan ser juzgados como corresponde y expuestos a la opinión pública para que se termine con esta impunidad que existe todavía en muchos casos”, indicó.

Respecto al intercambio con Aleida Guevara, Becker dijo que “ella lo que conversa, lo que sucede en su vida, por el hecho de haber sido una persona, una mujer hija del Che Guevara, lo que significa esa inmensa figura para el mundo, para América Latina y por otro lado su actividad como cubana, como mujer que está en la Revolución Cubana haciendo su labor con los jóvenes, con los niños, porque ella es médico, y por lo tanto hace su labor revolucionaria, según ella lo plantea, en el país donde su padre jugó un papel tan importante. Da a conocer lo que ella hace, lo que significó para Cuba tener al Che como protagonista de esa historia”.

“Ella ve con interés el trabajo que se hace en términos de Derechos Humanos y el trabajo de la memoria. Así como ella difunde la historia y la memoria de su padre también aprecia la memoria de los que luchan porque en este país no vuelva a suceder lo que pasó y pueda irse en un camino de mayor justicia, mayor participación, de una democracia verdadera. Ella en Cuba con sus progresos y sus problemas y uno acá con lo que cada uno tiene que hacer para que resulten las cosas que a uno le parecen están en orden a que se haga lo que se pide en las calles, que son mayor justicia, mayor participación, mayor igualdad, que es lo que merecían los que aquí lucharon en el tiempo de la Unidad Popular y que son los que todavía merecemos, los que todavía creemos que puede haber un Chile mejor”, concluyó Becker.

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La visita guiada se realizó en forma íntima, al término de la cual se reunió con el Vicepresidente de Villa Grimaldi, Cristián Castillo, las sobrevivientes y los trabajadores de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, más los integrantes de Editorial Ocean que la trajo a Chile. Allí se produjo un cálido intercambio de vivencias y sentimientos y posteriormente se realizó la rueda de prensa.

En la oportunidad, Castillo a nombre de la entidad, le entregó un obsequio confeccionado por las Arpilleristas de Lo Hermida y el libro “Villa Grimaldi (Cuartel Terranova), Volumen I, historia, testimonio y reflexión”.

Por su parte, Nubia Becker, le entregó su libro Una Mujer en Villa Grimaldi. Aleida Guevara replicó el gesto y le entregó el texto escrito por su madre AleidaMarch, el cual firmó.

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Aleida Guevara en el Memorial de las Rosas y frente al Muro de los Nombres

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