Era 1970 y el gobierno de Salvador Allende lanzó las primeras 40 medidas de su mandato, las que auguraban profundas transformaciones sociales y entre las que se destacaba por su ambición la medida 29, gracias a la cual se crearon 16 balnearios populares a lo largo del país, los que buscaban asegurar el sueño de las vacaciones familiares para miles de trabajadores.
El golpe civil-militar de 1973 no sólo acabó con este revolucionario proyecto, sino que también convirtió aquellos lugares de descanso en espacios de horror que contrastaron ferozmente con los años previos, transcurriendo entre la alegría y el dolor, en esa eterna paradoja del Chile contemporáneo.
Este proceso es el que se visualiza en el documental “La Medida 29”, del realizador audiovisual Claudio Martínez Valenzuela, quien en un trabajo que tardó cinco años, logró reflejar desde distintos ángulos lo que significó la implementación de esta medida para miles de familias trabajadoras y trabajadores.
En esta instancia, se dirigió a los presentes el presidente de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, quien destacó que «pese a que estos son momentos en que la historia del país se contradice, al ser convertidos sitios de descanso en prisiones, este documental nos deja un tremendo mensaje de pensar y creer en un futuro mejor, como se refleja en los logros alcanzados con la medida 29”.
Tras la exhibición, se produjo una interesante conversación entre el público y una mesa integrada por Alejandro Montero y Miguel Anglés, ambos protagonistas de la implementación de la medida 29, además del director Claudio Martínez. Entre anécdotas y recuerdos, los actores de esta historia coincidieron en que este trabajo es un aporte a la memoria histórica y a rescatar una pequeña parte de todo lo que se intentó construir durante el gobierno de Salvador Allende en pos de una mejor calidad de vida para miles de familias chilenas que no tenían oportunidad de disfrutar algo tan «normal», un lugar de descanso para disfrutar de unas vacaciones.
Por su parte, su director Claudio Martínez, manifestó que “uno de los tantos sueños que he cumplido con este trabajo es llegar a sitios de memoria que son emblemáticos y que han sido importantes, y mostrar este trabajo en Villa Grimaldi, para mí es un verdadero honor y me voy feliz, contento”, agregando su satisfacción “por el conversatorio, por la recepción de la gente y por el espacio… ha sido una tremenda experiencia”.
A través del relato que nos entrega la cinta, nos enteramos de emotivos detalles en torno a esta noble iniciativa, como que para muchos no solo era la primera vez en un balneario sino también la primera vez que tomaban vacaciones o como que los obreros y sus familias eran atendidos por personal contratado con el fin de que no tuvieran que trabajar en labores domésticas. Esta innovadora política pública impulsada por el gobierno de Allende fue implementada por el arquitecto Miguel Lawner, director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano -Cormu- y que tras el golpe civil-militar, muchos de estos centros se convierten en lugares de detención y tortura, en donde paradójicamente también estuvo detenido el propio Lawner.
En el presente, muchos de estos recintos continúan siendo propiedad de las Fuerzas Armadas y otros han sido pasados a manos de municipios, existiendo el esfuerzo de diversas agrupaciones de la sociedad civil que buscan recuperarlos y reivindicar su lugar histórico.