Una enérgica protesta efectuaron pobladores de Peñalolén en el frontis de la 43 Comisaría de la comuna, recinto donde tres adultos y un menor denuncian haber sido sometidos a torturas por efectivos de Carabineros. La madrugada del lunes 21 de octubre, durante la vigencia del toque de queda, estas personas fueron arrestadas y en la comisaría habrían recibido golpes y gas pimienta, mientras se los mantenía colgados en la antena de radio del recinto policial. 

Tras la imposición del estado de emergencia y toque de queda se han incrementado las denuncias por violencia desmedida de policías y militares en contra de civiles desarmados. Muchas de estas acciones han sido filmadas por vecinos, registrando escenas de disparos en contra de manifestantes con resultados fatales, arrestos violentos, golpizas,y  tratos vejatorios, que luego son difundidas por redes sociales y la televisión.

La violencia de los agentes del Estado en contra de manifestantes parece incrementarse conforme la protesta se extiende en el tiempo, lo cual aviva la preocupación de los organismos de derechos humanos, entre estos la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi. La secretaria general de la institución, Mariana Zegers Izquierdo y la administradora del recinto, Carola Zuleta, se han reunido con pobladores de Lo Hermida y establecido en el sitio de memoria un servicio de acopio de alimentos y artículos de primeros auxilios. También acompañaron la protesta de los pobladores, ejerciendo una labor de apoyo y registro.

Para Mariana Zegers la violencia en contra de la población civil tiene una raíz estructural y, sin duda, el lenguaje belicista y criminalizador, en la lógica de sindicar a los manifestantes como enemigos y meros delincuentes. En este plan, lamentablemente, ha contado con la complicidad de la prensa corporativa y la televisión que ha buscado manipular a la opinión pública en contra de la movilización por la ocurrencia de saqueos o incendios.

La secretaria general de Villa Grimaldi, concluye “las graves expresiones de violencia estatal que se están verificándo, en el contexto de esta movilización social, deja al descubierto la persistencia en la policía y las fuerzas armadas de lógicas y conductas profundamente reñidas con los derechos humanos. También evidencian la necesidad urgente de implementar planes de formación en la materia para todos los uniformados. No es posible que se trate a personas infractoras de un toque de queda o que están tocando cacerolas desde sus hogares, como si fueran enemigos, se dispare contra ellas o se los someta a tratos brutales como los que hemos visto en estos días”.