“No es suficiente afirmar que la justicia tarda pero llega. La justicia que no se ejerce cuando corresponde ya es injusta”, afirma una voz enérgica con marcado acento francés al final de la canción “Calaveritas”, de Anita Tijoux. Es la voz inconfundible del sacerdote Pierre Dubois, uno de los  religiosos más destacados en la defensa de los derechos humanos y de los trabajadores durante la dictadura cívico militar. 

Hoy se cumple un aniversario más de su partida acaecida el 28 de septiembre de 2012 y cabe recordarlo y destacarlo en el contexto de la conmemoración de los 50 años del golpe y de las casi dos décadas de resistencias contra la dictadura, en varias de las cuales fue protagonista.

Párroco y vecino de la combativa Población La Victoria,  son memorables sus valientes intervenciones a favor de los pobladores que protestaban, buscando impedir las cargas de la policía o los militares en contra de los manifestantes. Esto le atrajo el odio del régimen y en septiembre de 1984 una bala disparada desde un piquete policial atravesó las paredes de su hogar, dando muerte al sacerdote francés André Jarlán con quien compartía labores pastorales. Dos años después, en 1986, fue expulsado del país y solo pudo volver tras el inicio de la transición democrática.

El 11 de diciembre de 2010 Dubois estuvo en Villa Grimaldi, en el acto de conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos. Eran evidentes los efectos del Mal de Parkinson en su cuerpo y su dificultad para caminar, pero se encontraba plenamente lúcido y seguía interviniendo en actividades de la población.

Falleció a finales de septiembre de 2012, congregando a una multitud que acompañó sus restos desde su casa en La Victoria hasta su tumba, en una impresionante demostración de gratitud. Desde la memoria, “el Pierre” continúa repitiendo: “No es suficiente afirmar que la justicia tarda pero llega. La justicia que no se ejerce cuando corresponde ya es injusta”, alentando la lucha contra la impunidad y por un Chile más justo, más inclusivo y fraterno. 

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