Las declaraciones de Sergio Micco, director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, expresadas al periódico empresarial El Mercurio en la edición del sábado 2 de mayo de 2020, condicionando el respeto de estos derechos al cumplimiento de deberes, ponen en entredicho no sólo un aspecto esencial de la doctrina de los derechos humanos cuál es su incondicionalidad, sino incluso su propia actuación al frente de la entidad.

Los derechos humanos son inalienables a todas las personas, independientemente de su comportamiento. El respeto a estos derechos no puede condicionarse al cumplimiento de deberes y terminar tácitamente abriendo una ventana a la justificación de las violaciones a estos derechos por parte de agentes del Estado.

Las expresiones de Sergio Micco son graves, más aún en las delicadas circunstancias que vivimos bajo la pandemia del coronavirus, donde la tentación autoritaria es notoria y derechos como el de reunión y el derecho a la libertad de prensa fueron conculcados violentamente este 1º de mayo a vista y paciencia de la ciudadanía.

Alvaro Ahumada 

Presidente del Directorio

Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi