Mario Venegas Jara es sobreviviente de la dictadura cívico militar chilena. Él fue secuestrado desde un costado del Campus San Joaquín el 9 diciembre de 1974, cuando tenía veinticinco años y era profesor ayudante de la Facultad de Química de la Universidad Católica. Permaneció tres semanas en Villa Grimaldi, y era miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.En la actualidad tiene setenta y dos años, es científico retirado, y es activista en derechos humanos vinculado al Chicago Torture Justice Center en Estados Unidos, donde reside actualmente, y desde esa distancia, pero permanentemente preocupado por lo que pasa en Chile, cree que es importante seguir entregando un mensaje testimonial y de denuncia.
Explica Venegas, que “estamos concientes que el ‘nunca más’ es algo que no vamos a alcanzar ahora, sino quizás en un tiempo más, y por eso es importante seguir entregando nuestro mensaje y testimonios, con declaraciones ante la justicia, y en distintas iniciativas, porque es fundamentalmente, primero para impedir la impunidad, y segundo para aportar a la memoria, al recuerdo y a ese posible nunca más“.
Agrega que “cada vez que hablamos, cada vez que testimoniamos estamos pensando que la memoria no puede perderse, y como dice la frase que está estampada en el Estadio Nacional, un pueblo que no tiene memoria, no tiene futuro“.
Añade Venegas que los testimonios y el aporte a la memoria “es vital, es nuestra misión, es un compromiso que nosotros adquirimos cuando salimos de Chile, cuando fuimos expulsados, y exponer donde más podamos lo que sucedió durante la dictadura para que no se olvide a las compañeras y los compañeros que fueron hechos desaparecer o ejecutados. Nosotros debemos hablar por lo que no pueden hablar…y esa es la cuestión fundamental que nos ha llevado a mantenernos activos y no olvidarnos nunca de ellas y de ellos“.
Sobre el actuar de hoy de la juventud, Venegas se muestra esperanzado, y agrega que “lo que ellos están haciendo es porque tiene un valor importante y no les importa que los repriman, los tomen presos o torturen, porque para ellos tiene mucha más validez la dignidad“.
“Creo que ellos han sacado mucho de la experiencia nuestra, para no cometer los mismos errores o tener las mismas debilidades…y eso ha ayudado a que ahora no solamente los jóvenes, sino el resto de la población en Chile, están trabajando activamente por los cambios, y es un legado que dejan para las futuras generaciones, tal como lo hicimos nosotros en su momento…“