Higinio Espergue Córdova es sobreviviente de la dictadura cívico militar chilena. Él fue secuestrado desde su hogar el 3 abril de 1975, cuando tenía veintitrés años y desarrollaba actividades de contabilidad. Permaneció entre ocho y diez días en Villa Grimaldi. Era miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. En la actualidad tiene sesenta y nueve años, es comerciante y es dirigente del bloque de derechos humanos de Unidad Social, y fue presidente del directorio de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi.
Su labor de activista y defensor de los derechos humanos, lo hace tener muy presente y destacar la importancia de lo sucedido en Chile, a contar de octubre del año pasado, indicando que “en el fondo la lucha por la defensa y promoción de los derechos humanos que han impulsado entre otros los sitios de memoria, está vigente hoy en día, y por eso tiene mucha importancia la educación en derechos humanos para las generaciones actuales”.
Las y los sobrevivientes, explica Espergue, “hemos trabajado en generar condiciones de no repetición, de nunca más, pero eso no ha sido fácil, porque no se han tomado todas las medidas y las políticas que han planteado diversas organizaciones de derechos humanos para lograrlo”. Añade que si bien se ha avanzado en algunos aspectos, han sido avances insuficientes, parciales, y “en verdad y justicia tampoco se ha avanzado lo suficiente, y por lo tanto nosotros hemos afirmado que la impunidad de ayer está garantizando la impunidad de hoy en cuanto a violaciones a los derechos humanos”.
Indica que como no se desarrollaron las políticas que garantizaran construir una sociedad basada en verdad en justicia, una sociedad democrática, civilizada, y en paz, y cómo esos temas quedaron pendientes, y no resueltos “se generó la reacción de los movimientos sociales, y el estallido del 18 octubre, que no era por treinta pesos, sino por treinta años de desigualdad social, de injusticias acumuladas”.
Para el socio de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi “el estallido reflejó esas ansias, deseos, esperanzas de construir un mejor Chile, de generar un cambio en el país, y esa lucha también se dio en la generación de la cual fui parte, y de la que muchos fuimos parte. Esa lucha se dio desde los años sesenta hasta el gobierno de Allende, y la respuesta fue el Golpe de Estado, y la represión. Y hoy los mismos anhelos están siendo enfrentados nuevamente con la represión”.
Agrega que “cuando el pueblo quiere cambios no aparece la respuesta para buscar formas democráticas y civilizadas para dar soluciones a los conflictos sociales, sino que surge la respuesta represiva, y la militarización prácticamente del país. Veo con mucha preocupación que hoy día se están volviendo a repetir violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Chile”.
Concluye señalando que “espero que los dueños del poder, de la riqueza no vuelvan a repetir lo que ocurrió en septiembre de 1973, y no usen el terror para impedir los cambios que Chile necesita”.