El directorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (MMDH), mediante declaración pública, manifestó su rechazo a las expresiones hostiles en contra de la institución, emitidas por el escritor Mauricio Rojas en su libro Diálogo de Conversos publicado en el año 2015. En el texto, el ahora titular del ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio , califica el trabajo del museo como un «montaje cuyo propósito es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar», para agregar «Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional».

El directorio del MMDH, integrado por representantes de todo el arco político, manifestó que «hablar de montaje es desconocer de modo grosero la historia de Chile y de lo que el país ha avanzado en materia de reconocimiento y reparación a las violaciones a los derechos humanos desde el término de la dictadura». La institución considera los dichos de Rojas como agraviantes para directivos y trabajadores del Museo, especialmente por suponerles la intención de impedir a los visitantes que razonen sobre los los materiales que se les presentan, además de hacer una imputación injuriosa al atribuirles un «uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional».

Si bien el ministro ha declarado que lo escrito en su libro «no refleja mi posición actual», la polémica está lejos de amainar. Artistas, académicos y personalidades de derechos humanos, han repudiado las expresiones del ministro Rojas, convocando a solidarizar activamente con el Museo. Por su parte el Premio Nacional de Literatura, el poeta Raúl Zurita, ha hecho un llamado a boicotear al personero de gobierno, iniciativa que de prosperar lo dejaría en incómoda situación.

La memoria en disputa

No es la primera vez que personeros de la derecha han cuestionado al Museo de la Memoria. En abril de 2012 la institución fue visitada por el presidente Sebastián Piñera, quien tras recorrer sus instalaciones declaró sentirse muy emocionado y se retiró sin hacer ninguna crítica a lo observado. Dos meses más tarde, la entonces directora de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), Magdalena Krebs, intervino en una polémica en contra del Museo, iniciada en El Mercurio por el ex asesor de Augusto Pinochet, Sergio Rillón, quien propuso la creación del Museo de la Memoria II para competir con el “museo I”, al que acusó de mostrar solo situaciones en detrimento del “gobierno militar”, sin entregar elementos sobre las causas que aparentemente explicarían las graves violaciones a los derechos humanos.

Krebs, si bien no suscribió la propuesta de Rillón, cuestionó al Museo en términos parecidos, al exigirle a la institución entregar visiones distintas sobre la violencia política e información que permitiera al visitante conocer  el clima de polarización política que derivó en el quiebre democrático y la ocurrencia de violaciones a los derechos humanos.

Otra variante de los museos de esta suerte de museos del empate son el “museo de los mil días”, propuesto en 2016 por el escritor Roberto Ampuero, que presentaría una visión crítica de los mil días que duró el gobierno de Salvador Allende y de esta forma contrapesar el mensaje del MMDH. A esta propuesta se sumó en 2017 la de construir un Museo de la Democracia, impulsado por la hija del actual mandatario, Magdalena Piñera, que buscaría englobar al Museo de la Memoria y destacar el aporte de los presidentes de los gobiernos post dictadura, incluyendo a su padre.