Como parte de un proceso formativo y de vinculación con otros sitios de memoria, los trabajadores y parte del directorio de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, realizaron una visita de trabajo al sitio de memoria Ex Clínica Santa Lucía. La iniciativa tuvo experiencias previas, cuando en años anteriores se visitó el Estadio Nacional y el Memorial de Paine.

En esta nueva jornada, los asistentes pudieron conocer a través de un recorrido por la casona que se ubica junto al cerro Santa Lucia, de los distintos usos que ha tenido el inmueble, junto con enterarse de los detalles del lugar cuando operó como centro de detención y tortura, entre 1974 y 1977. 

Tamara Carrasco, integrante del equipo de Santa Lucía, explicó que en 1972 la casona fue comprada por el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), dejando de tener el uso residencial que había tenido desde su construcción. Explicó Carrasco, que tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 los militares allanaron y despojaron el inmueble, y mencionó la existencia de antecedentes que demuestran que el espacio se usó  desde 1973, como dormitorio de la sección femenina de las agentes en formación.

Señaló durante el recorrido que, en 1974, la casona es bautizada por la DINA como ‘Clínica Santa Lucía’, bajo el pretexto de ser un centro de salud para los funcionarios y agentes, siendo realmente utilizada como recinto médico clandestino, dispuesto para la detención, la tortura y el exterminio de opositores a la dictadura cívico-militar. Explicó también que desde ese momento el inmueble contó con un equipo integrado por enfermeros, médicos, cirujanos, pediatras, y psiquiatras, cuyo objetivo principal era prolongar la vida de las personas secuestradas y torturadas que se encontraban en malas condiciones físicas, las que posteriormente eran reingresadas a los centros de detención desde donde provenían.

Luego del recorrido, y resueltas muchas consultas sobre la operatividad del sitio, y posibles peritajes pendientes al inmueble para determinar datos sobre los distintos usos de la casona, se inició un diálogo entre los equipos de ambos sitios de memoria, que fue guiado por Lautaro Videla, presidnete del directorio de Santa Lucía.

Dentro de los contenidos expuestos se abordaron ideas en torno al trabajo colaborativo entre las instituciones, y con otros espacios de memoria; la obtención de recursos para el funcionamiento de los sitios de memoria, sobre las posibilidad de trabajar y llegar con los contenidos a nuevas audiencias, y no continuar con un trabajo dirigido a los mismos grupos de siempre; y con un aspecto más de fondo que tiene que ver con el aporte que se hace desde la memoria para una comprensión política de la sociedad, tanto del presente, como de los hechos pasados.