En un acto solemne, encabezado por el entonces alcalde de Maipú, Alberto Undurraga, se inauguró el 19 de mayo de 2012 el memorial en homenaje a detenidos (as) desaparecidos (as) y ejecutados (as) políticas (as) de la comuna. Nadie imaginaba que años después sería parte de una controversia judicial entre su creador, el arquitecto Rubén Peralta, y el municipio por las serias alteraciones que impuso la corporación y que no estaban en el proyecto original. La peor de todas fue el retiro de las placas con los nombres de las víctimas grabadas en aluminio.

Las alteraciones al memorial de Maipú ocurrieron en 2016, bajo el mandato del alcalde concertacionista Christian Vittori, y solo se hicieron conocidas en la actualidad por un fallo judicial que obligó al municipio a indemnizar  al arquitecto y a retirar su nombre de la obra, como él exigió.. 

Lo acontecido en esta comuna, señala otro de los peligros que pueden afectar a las marcas y sitios de memoria que reflejan el pasado dictatorial. Numerosas se encuentran en el abandono, otras presentan daños por acción de vándalos de extrema derecha y otras, como el memorial de Maipú, se ven sometidas al capricho de autoridades locales que las alteran o simplemente las hacen desaparecer. Lo que refleja además de la desidia una falta de respeto a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y a sus familiares. En 2012 el monumento fue inaugurado con gran solemnidad y contó con la presencia de dirigentes políticos y activistas connotados de derechos humanos, entre ellos el sacerdote José Aldunate quien bendijo la obra. En la ocasión los familiares de cada persona incluida en el memorial fueron invitados a depositar ofrendas florales, en un acto de gran emotividad amenizado por el cantautor Luis Lebert.

Hoy el memorial de Maipú presenta una gruesa capa de pintura roja, su entorno fue alterado, se le agregaron otras figuras y los nombres de las víctimas fueron hechos  desaparecer por segunda vez en la historia de este país. Claramente no basta con levantar un memorial sin una comunidad organizada en torno al rescate de la memoria y la preservación de estos lugares en el tiempo, como también una acción más comprometida del Estado con la reparación a las víctimas.