El 4 de junio de 2018, de madrugada, expiraba por un paro respiratorio el médico cirujano Patricio Bustos Streeter. Su partida conmovió a la ciudadanía y, en especial, a la comunidad de familiares de víctimas del terrorismo de Estado, de ex presos políticos de los cuales formaba parte y a los trabajadores y trabajadoras del Parque por la Paz, sitio que acogió la masiva ceremonia de despedida de Patricio.
En Villa Grimaldi se recuerda a Patricio como el valeroso médico prisionero político, que atendía a sus compañeros de prisión luego de las brutales sesiones de tortura, susurrándoles consejos e indicaciones para que no se enteraran los guardias.
Pero también le recordamos como un notable testimoniante que guiaba masivas visitas por el parque, en especial los 11 de septiembre. Pese a estar muy enfermo, lo tuvimos presente en la conmemoración del golpe de Estado del 2017. No faltó al deber autoimpuesto de muchos exprisioneros y de él, en particular, de no olvidar y brindar testimonio para que la historia y la resistencia acaecida en este sitio se transmitan a las generaciones futuras y el ‘nunca más’ deje de ser un anhelo y se convierta en un horizonte posible.
Recordando a Patricio Bustos, se siente su ausencia. Hace falta su relato sereno.
—¿Te cuento? —preguntó Patricio Bustos a una joven con su hijo pequeño que miraban la maqueta de Villa Grimaldi el 11 de septiembre del 2017. La chica aceptó y Patricio comenzó a narrar con calma la historia trágica del recinto, pero también a dar testimonio de la fortaleza y capacidad de resiliencia de los prisioneros con los cuales vivió situaciones de una violencia y crueldad difíciles de describir.