El pasado 5 de junio, el sacerdote jesuita José Aldunate cumplió 102 años de vida. La fecha fue conmemorada con una acción de calle, como muchas en las que él participó, frente a la Vicaría de la Solidaridad en el centro de Santiago, como una manera de reafirmar su compromiso por la dignidad humana y por lo que este sacerdote ha representado para el mundo de los derechos humanos.

Así lo manifestó Osvaldo Aravena, coordinador de la Red Laical, integrante en dictadura del Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo -entidad que Aldunate creó-, y quien fue uno de los organizadores de esta actividad, indicando que “Pepe está en una condición de salud bastante precaria, sin embargo, creemos que el mejor homenaje que a él se le puede dar es justamente seguir trabajando por los valores que él siempre defendió”.

Coincidentemente el próximo 26 de junio próximo se conmemora el Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura, un tema que Aldunate siempre hizo suyo, y que como explica Aravena, “la figura de Pepe va más allá de lo que significó el Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo, que en sí fue algo muy valioso… bastante valiente, con un estilo pacífico, no pasivo, con bastante coraje de desafiar en este tiempo a lo que era la policía política de la dictadura, manifestándose afuera de los cuarteles de la CNI, muchas veces, pero también no nos olvidemos que él fue el fundador de la Comisión Ética contra la Tortura”. Añade que “él siempre ha estado efectivamente comprometido con todos estos temas que tiene que ver con la defensa de la dignidad humana. No es algo aislado”.

Así uno puede encontrar a Aldunate, no sólo en su rol de cura obrero, sino que en dictadura ingresando a perseguidos políticos a la Nunciatura, fundando medios de comunicación clandestinos, siendo parte del Equipo Misión Obrera, creando el mencionado Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, y apoyando a las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, como él mismo recuerda. “Yo estaba lleno de admiración por ellas, las acompañé a veces en algunas de sus actividades, por ejemplo en Lonquén, cuando se descubrieron los cuerpos, y también en Villa Baviera. Lo más importante fue cuando las acompañé en una larga huelga de hambre que hicieron durante diecisiete días. Yo ayuné con ellas durante catorce”, indicó Aldunate en un texto autobiográfico del 2015.

Aldunate es parte clave de la historia reciente del compromiso por los derechos humanos y que la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi ha tenido cerca, como una figura activa en la recuperación del ex centro de torturas como un sitio de memoria. En su apertura y cuando se cierra simbólicamente el portón por donde ingresaban los secuestrados en dictadura el padre Aldunate guardó la llave del candado hasta diciembre de 2010, fecha en que en una conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, devolvió la llave a la directiva, indicando que “entrego el encargo de mantener siempre viva la memoria en Villa Grimaldi, y mantener el Parque Por la Paz. Para mí es una enorme satisfacción que se haya recuperado este lugar. Siento que mi vida no fue en vano”.

Aravena concluye su reflexión indicando que “creemos que la figura de Pepe Aldunate debe ser conocida por las nuevas generaciones, debe ser un ejemplo a seguir en términos de la consistencia y la coherencia en la defensa de los derechos humanos, en todos los niveles, en todos los tiempos y en todas las circunstancias políticas o sociales”.

Añade por último que “la figura de José Aldunate es una figura que debiera ser parte del currículo escolar de este país, ahora que está tan en debate el tema de la educación, porque son historias de vida que han contribuido mucho, tanto o más que cualquier personaje de la Independencia o de la historia de Chile. Es un personaje de la historia contemporánea, con más de cincuenta años abocado a su compromiso. Sin duda es ejemplo a seguir”.