Hemos llegado a la etapa final de esta emotiva jornada de conmemoración del 11 de septiembre, a cuarenta y seis años de aquel día cargado de dolor y muerte, que cambió violentamente la vida de este país y nuestras vidas, como generación comprometida con un proceso de cambios pleno de esperanzas.

Hoy en la mañana, aquí mismo, nos hemos reunido y hemos escuchado las últimas palabras del presidente Salvador Allende. Un discurso que trasciende a la historia y refleja su valentía, liderazgo y coherencia como político y luchador social, que pagó con su vida la defensa del gobierno popular. Rescatar su legado y de todos aquellos que lo acompañaron en La Moneda con dignidad y con convicción resulta un imperativo ético, necesario de salvaguardar y preservar para las nuevas generaciones.

Aquel martes 11 de septiembre estaba nublado y por la tarde comenzó a caer una fina llovizna sobre una ciudad. que se estremecía por el sonido de disparos y ráfagas. El golpe de Estado se había impuesto, sumiendo a muchos chilenos y chilenas en la amargura, a la que pronto se sumó el miedo y en los días y meses siguientes el terror.

Pese a lo anterior, la rebeldía se negó a batirse en retirada y desde la clandestinidad alentó la resistencia. No olvidamos a aquellos hombres y mujeres que lograron sobreponerse a la violencia de la dictadura y mantuvieron viva la esperanza de un país libre. A los y las que se organizaron, a pesar del miedo y la represión, para mantener viva la llama de la resistencia y hacer posible la construcción de una alternativa democrática y popular que movilizó a millones y fue la base que, sin duda permitió crear las condiciones que posibilitaron el fin de la dictadura de civiles y militares.

Una resistencia débil en sus inicios, a veces al borde de la extinción y el aniquilamiento, pero que pudo sostenerse y crecer en el tiempo, a duras penas, como las llamas de las velas que vamos a encender en este parque. Cada una de ellas en señal de recuerdo y homenaje a quienes rindieron la vida enfrentando al terrorismo de Estado, luchando por recuperar la libertad, la democracia y el pleno respeto a los derechos humanos. Cada una en señal de compromiso con los valores que inspiraron a las mujeres y hombres que aquí cayeron, pero que de aquí renacen en la memoria que rescatamos y transmitimos a las nuevas generaciones.

Invito a todas y todos a iluminar este parque recordando a quienes resistieron el terror, y opusieron su dignidad y su rebeldía ante la injusticia y la violencia.

Álvaro Ahumada San Martín
Presidente del directorio
Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi