El viernes 24 de septiembre pasado, fue un día muy especial para 10 ex-alumnos del colegio jesuita San Ignacio, generación 1965. De los 10, solo tres conocíamos Villa Grimaldi, ex centro de secuestro, tortura, exterminios y desaparición de la dictadura militar, a cargo de la siniestra Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), otros 7, era primera vez que la visitaban. Llegamos a la Villa, por una invitación extendida por Cristián Castillo vicepresidente de la Corporación Villa Grimaldi. Puntualmente, a las 11.00 am, estábamos ahí y nos esperaban Francisca Insunza, de la Corporación y Alejandro Nuñez, sobreviviente de la Villa y miembro de su directorio. Generosa, fraternal y en forma muy pormenorizada nos guiaron por lo que fuera uno de los lugares de mayor barbarie y crueldad de la tiranía militar. Ese ha sido un pedazo de nuestra historia, que jamás nunca debería volver a ocurrir en este país. Los horrores que sufrieron hombres y mujeres muchos de nuestra generación, deberán quedar grabados en nuestra memoria como una manera de contribuir hoy, cada uno en los suyo, a pacificar nuestro país y luego construir una sociedad más justa, solidaria e igualitaria.

Para este puñado de ignacianos, esta visita y ese día, dejó una marca que será, muy difícil de borrar y será inolvidable, porque nos significó recorrer el infierno, que sufrieron cerca de 4.000 hombres y mujeres, de los cuales muchos ya no están, por cuanto su martirio les causó horrorosamente la muerte. A todos ellos, nuestro honor y nuestra gloria, porque su sacrificio y la brutalidad vivida, no será en vano y nos hace comprometernos, por siempre, con un decidido “NUNCA MAS” y también, en todo lo que sea posible con este lugar, hoy llamado tan merecidamente “Parque por la Paz”.

                                                                        Jorge Andrés Richards

Santiago, 27 de septiembre de 2021.